Me he cansado de ser aquella chica buena, cumplidora de las normas, obediente, responsable, trabajadora... Las cosas que antes hacía en mi anterior vida, ya están en proceso para olvidarlas o al menos apartarlas para otro momento. Quiero Necesito dejar salir lo que siento, ser rebelde, pero ante todos los males habidos y por haber, necesito seguir siendo yo misma, con mi propia personalidad.
Ahora mismo siento que estoy renaciendo, es decir, mantengo algunas características propias de mí ser, pero el fuego interior que tanto tiempo lleva acumulado dentro de mí, está comenzando a salir...
El problema es cuándo y dónde.
Tal vez sólo sea un amago del mal momento que estoy pasando, de las circunstancias en las que estoy metida y de las que me resulta casi imposible encontrar la solución...
Quizá es el fuego y la furia interior que se esconde dentro de mí. Invadiendo y ocupando un sitio leve, de momento, en mis venas, pero más tarde en mi corazón... O incluso el hecho de desahogarme cada instante escribiendo, así de simple.
Mis defensas caen contra las fuerzas nuevas, poderosas e invencibles. Que luchan por implantarse en mí, cada segundo de la poca vida que me queda siendo la chica buena.
¿Qué debo hacer?
Sólo dos posibilidades se presentan:
La primera es seguir luchando por conservar y mantener a esa chica buena, que toda su vida ha sido así, con el corazón encerrado, atrapado y donde los sentimientos y emociones intentan penetrar en él, pero no pueden atravesar aquella muralla que año tras año ha crecido y se ha echo cada vez más dura y fuerte.
La segunda es transformar a esa chica en lo que su interior más desea, en ser la chica mala, rebelde, aunque con el corazón latiendo por lo que más anhela, libre y lleno de esos sentimientos nuevos e imparables.
Y otra vez la misma pregunta:
¿Qué debo hacer?
Estoy dividida. Si elijo la primera alternativa, seré siendo la misma chica "buena" de toda la vida, pero si elijo la segunda opción, cambiaré en varios aspectos. Me dejaré llevar más por los sentimientos, con un moderado control, tampoco quiero que mi vida dependa solo de las emociones...
Sinceramente quiero probar lo desconocido, conocer a esa chica "mala" que se esconde detrás de mi propia fachada.
Ahora me doy cuenta que si no tengo dos caminos para tomar uno de los dos, mi vida no tendría tantas complicaciones. Sería más aburrida y no me podría plantear ningún cambio, porque estaría todo planeado, como seguir una línea recta...
¿Quiero que mi vida sea como una línea recta?
Porsupuesto que NO.
SAMANTHA